¿Y tú qué quieres? - le pregutó él.
Yo quiero a la luna
para que me acune por las noches,
para que me caliente en las frías noches de invierno
con su templada luz
y para que me acompañe
durante mi camino
cuando no se a donde ir.
Pero como tú no me la puedes bajar del cielo,
me conformaré con verla colgada
allí en lo alto, en el infinito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario