jueves, 12 de agosto de 2010

Alicia en el Palacio de Zapatones

Alicia y sus amigos, custodiados por el Ejercito Zapatillas, llegaron al Reino de Zapatones en seis aleteos de mariposa, esas tan bellas que parecen levitar en el aire.

La Reina los recibió en su suntuoso salón del Castillo, lleno por todas partes de retratos de sus antepasados. tan reales que parecían querer salir de sus marcos.
Alicía se quedo contemplándolos con curiosidad.
- ¿No tienes miedo niña? - preguntó la Reina con voz atronadora. Tanto que los cuadros se torcieron y los sombreros de sus súbditos cayeron al suelo.
- ¿Por qué iba a tener miedo a una Reina tan ingeniosa como vos, que pretende cambiar el Reino de Zapatones de la noche al día?
La Reina se quedó estupefacta, no le gustó la insolencia de Alicia, ¿cómo se atrevía ni siquiera a mirarle directamente? Todos sabían que eso era motivo de castigo.
Se acercó a su consejero, un buho enorme de largas plumas blancas y monóculo. Deliberaron en cuatro aleteos de colibrí y la Reina dijo:
- ¡Que le corten la melena!
El pánico se apoderó en ese momento de Alicia
- ¡No su Majestad ,el pelo no, no! - suplicó recogiéndoselo en un extraño moño con un lápiz que llevaba en la mochila.
- Mi Reina ¿no podriamos llegar a un acuerdo? - dijo de pronto el Pato de la corbata naranja - ¿Nos lo jugamos al Bouble-Billar? si vos ganáis os quedáis con el Reino y la melena de Alicia.
Alicia escuchaba al Pato de corbata naranja sin poder abrir la boca y sin dar crédito a lo que oía.
- Si ganamos - continuó el Pato - el Reino volverá a ser nuestro y Alicia podrá marcharse con su melena intacta.
La Reina permaneció en silencio tres aleteos de libélula.
- Así sea, pero pongo una condición más, si perdéis vosotros, el que haya jugado contra mí, deberá permanecer prisionero "sine die".
El Pato de la corbata naranja aceptó con un estrechamiento de ala-mano.
Alicia no podía dejar de cambiar su peinado; coletas, trenzas, rastas.
Su pelo no podía ser moneda de cambio.

- ¿Qué es Bouble-billar?, ¿se ha vuelto loco este Pato?, bueno ahora no puedo pensar, voy a relajarme.
Sacó el mate y sentó sobre su mochila.

martes, 10 de agosto de 2010

Existe

"La mar, en su imnesidad azul,
estaba resignada a no encontrase nunca con el cielo,
se angustiaba por ese motivo.
Lo que aún no conocía es que su unión perfecta existía,
el Horizonte, la fina línea en la que la mar y el cielo se funden en uno"

lunes, 9 de agosto de 2010

LLegar

Todos iban por delante, desde su posición podía divisar la cornisa por la que desfilaban, parecía una columna de hormigas en formación.
Cómo podían ir tan deprisa.
Estaba convencida que ella llegaría también, pero su ritmo era mucho más lento.
Se sentó en una de las rocas salientes y contempló el río allá abajo, deslizándose como una serpiente cristalina. Los árboles se mecían al son de una extraña e invisible melodía, la del zumbido del viento.
Estaba sola.
Vació la mochila y se quedo con lo imprescindible, se abrochó bien las botas y comenzó de nuevo a andar.
Podía hacerlo, sólo era cuestión de no mirar abajo. Si lo hacía, el vacío sería su perdición.
Se arrimó más al lado de la montaña y siguió la marcha cantando una melodia de cuando era niña, de este modo se encontraba acompañada.
Volvió a pararse, sacó la botella de agua y bebió.
Volvió a seguir la marcha sin parar, llegaría seguro.
Justo cuando le flaqueaban las fuerzas, al doblar un recodo del camino, una cara amiga salió a su encuentro tendiéndole una mano.
Levantó la mirada y allí estaban todos, esperándola.
Había llegado.
Instrucciones para el uso de un Corazón

Primero: Ser consciente de que se tiene.
Segundo: Ejercitarlo de vez en cuando, no olvidarlo como un juguete viejo.
Tercero: Regálale carícias, es muy agradecido para eso. Pueden ser tuyas o de terceros mucho mejor.
Cuarto: Dale descanso en algún momento, no abuses demasiado de él.
Quinto: Detente a conocerlo un poco. Unos son sensibles, requieren más atención, otros muy risueños, necesitan disfrutar de la vida. Sin embargo los hay con tendencia a congelarse, cuidado con éstos ya que pueden convertirse en piedra, así que caliéntalo de vez en cuando.
Sexto: En lo que se refiere al Amor hay dos tipos de corazones, los permeables y los impermeables, averigua cual es el tuyo.
Séptimo: Si tu corazón es impermeable, aunque creas que no vas a tener problemas con el Amor vas errado. El amor es capaz de atravesar rocas, como no lo hará con tu corazón. Sólo que tal vez cuando te des cuenta ya sea tarde.
Octavo: Consejo para sobrevivir si tu corazón es permeable. Si el amor se apoderó de tu corazón y lo partió por la mitad, cóselo de nuevo con hilo de ternura. Cuando se haya repuesto, lávalo bien para que no quede nada de ese antiguo y equivocado Amor y pueda entrar el nuevo y acertado Amor.
Noveno: Con todo esto, ya estás listo para usar tu corazón.

Recuerda, corazón sólo hay uno, quiérelo.

domingo, 8 de agosto de 2010

Podría ser emigrante.

¿Quien dice que ser emigrante es duro, difícil o penoso?.

Yo sería emigrante y emigraría a tu cuerpo.
Podría pasarme por tu pecho y acamparía allí, tranquila, segura. Cerraría los ojos y dormiría por un tiempo.
Podría pasarme también por tus brazos y tus manos, quizás por un temporada, alli no me sentiría nunca extraña.
Y es más, podría pasarme por tu ombligo, lugar perfecto para solicitar la tarjeta de residencia.
Si me la denegaran, mis pasos se dirigirían hacia el sur, pero eso no lo voy a escribir, ya sabes que es mucho mejor en directo.

Desde luego, si tuviera que establecer mi residencia definitiva, no hay quien pudiera convencerme de lo contrario, el destino final sería tu boca, tus labios.
El mejor emplazamiento en el mundo, sin lugar a dudas.
Luz
Abrió los ojos con desgana y se dio media vuelta volviendo a cerrarlos.
Se tapó la cabeza con el cojín.
No duró ni cinco minutos en esa posición, asomó su cara atrapada entre el colchón y el cojín y miró por la ventana de la habitación.
Con las cortinas echadas poco podía ver, así que se incorporó y se dirigió a la ventana. Apartó las cortinas y las recogió con suma delicadeza a un lado.
Se apoyó en la repisa de la ventana y perdió su mirada en el exterior.
El sol trataba de despertarse, como ella, tiñendo con timidez de naranja las pocas nubes que aún quedaban de la noche anterior.
Parecía como el mundo despertara al otro lado del cristal, en cambio su habitación aun permanecía en penumbra.

Abrió la ventana de par en par y como por arte de magia, la habitación se llenó de luz.
Se contempló en el cristal de la ventana, nada más la iba a detener. Despertaría con el mundo, a su ritmo.