lunes, 12 de abril de 2010

Otro cuento de Alicia

Alicia
no creía ni en los relojes, ni en los conejos, ni en las galletas mágicas. Disfrutaba del presente sin hacer demasiado caso al mañana.

Un día, en el que tejía una enorme y larga bufanda de lana azul recostada en la rama de un florido cerezo, algo llamó su atención.
Al principio no sabía bien lo que estaba viendo.
Una especie de pato ataviado con una ridícula corbata de color naranja estridente daba vueltas y vueltas alrededor del cerezo.

-Como las agujas del reloj - pensó.
Eso le incomodó un poco, pero no pudo dejar de mirarlo, era algo hipnótico, estaba a punto de entrar en trance. De repente el pato se quedó inmóvil.
Alicia se reclinó más sobre la rama del cerezo para observar mejor a ese singular animal.
El pato llevaba en las manos una especie de caja de madera, un poco desproporcionada para su tamaño. Se dirigió unos pasos delante del cerezo, dejó la caja en la tierra y escarbó un agujero en ella. A continuación introdujo la caja dentro y lo tapó con más tierra. Satisfecho de su trabajo, el pato entonó una extraña melodía y desapreció corriendo en la dirección opuesta a la que había venido.
- Destejeré la bufanda, desenterraré la caja y luego iré en su busca - se dijo.

No hay comentarios: