jueves, 13 de mayo de 2010

¿Qué no se han dado cuenta?

Su boca estaba cerrada, se negaba a hablar y menos comer.
Observaba el desayuno encima del mantel a cuadros. Nunca le había gustado ese mantel, pero esa mañana lo encontraba horrendo.
No probaría ni una sola tostada y menos el vaso de leche que le habían preparado.
¿Qué no se habían dado cuenta aun?
No le hacia falta la escuela, le bastaba con los cuentos que su madre le explicaba cada noche.
¿Amigos?

Sus amigos eran los personajes de los cuentos, con ellos jugaba en el desván, no quería más amigos.
Se puso el abrigo nuevo de botones gigantes, el gorro de lana y los guantes blancos.
Iba retrasando el momento de su partida.
Miró a sus padres con sus enormes ojos azules y fue inevitable, el agua se derramó por sus mejillas.
Se secó la cara con el dorso de la mano y desapareció tras la puerta.
No miró atras.

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