¿Quien dice que las cosas son imposibles?
Eso pensaba la Luna, quería disfrutar de la compañia de su amor, el Sol.
Pero por las circunstancias de la vida estaban condenados a no compartir ni un minuto.
La Luna no se resignó a crecer y menguar en soledad y decidió enviar una misiva al cielo.
Le pidió que le ayudase a encontrar la forma de hacer posible su encuentro con el Sol, aunque se tratara de unos minutos solamente.
El cielo en respuesta a su petición creó el Ocaso y el Alva, el fin y el inicio del dia, o el comienzo y el final de la noche.
Minutos en los que la Luna y el Sol comparten su amor.
Si ellos lo consiguieron ¿porque no pedir lo que queremos?.
Pide, la vida es generosa.
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