lunes, 7 de junio de 2010

¿Quien dice que las cosas son imposibles?
Eso pensaba la Luna, quería disfrutar de la compañia de su amor, el Sol.
Pero por las circunstancias de la vida estaban condenados a no compartir ni un minuto.
La Luna no se resignó a crecer y menguar en soledad y decidió enviar una misiva al cielo.
Le pidió que le ayudase a encontrar la forma de hacer posible su encuentro con el Sol, aunque se tratara de unos minutos solamente.
El cielo en respuesta a su petición creó el Ocaso y el Alva, el fin y el inicio del dia, o el comienzo y el final de la noche.
Minutos en los que la Luna y el Sol comparten su amor.

Si ellos lo consiguieron ¿porque no pedir lo que queremos?.
Pide, la vida es generosa.

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