martes, 1 de junio de 2010

Dicen
Dicen que las lágrimas no aparecen si tu no las dejas ir.
Piensas que las tienes controladas, en su recipiente cristalino.
Pero una mañana o una noche o quizás una tarde,
por una extraña razón que no conoces
se han acumulando hasta llegar al borde del recipiente.

Se desbordan una trás otra.
No pueden parar.

Se precipitan al vacío, van lanzadas hacia el infinito.
Hasta que el recipiente cristalino se vacía por completo
y ya no queda ninguna más.

No hay comentarios: