lunes, 15 de noviembre de 2010

Si el frío sol de la mañana
en calidez se tornara,
¿te quedarías?

Si lo ojos del osado muro
con placidez te guardaran,
¿te marcharías?

Si del cielo, las estrellas
en linternas se tornaran
para guiar tu camino,
¿te vería
en la mañana?


Si el impaciente, absurdo,
inconsciente, desatinado mundo
en un cajón se guardara,
¿lo pensarías?

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