lunes, 29 de noviembre de 2010

Deberíamos tal vez,
toda el agua del mar secar,
en su fondo jazmines plantar,
y bancos verdes colocar.


Deberíamos dejar
morir a la madurez,
vetar a la testarudez,
y olvidar a la vejez.


O por toda memoria,
colgarnos a una noria,
dar vueltas, vueltas, vueltas,
pintarnos como los celtas,
y no olvidar la gloria
ni a sus estrechas sendas.


De ser posible, recuerda
aunque parezca imposible,
aunque creas; no es pausible,
basta con darle cuerda.

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