viernes, 4 de noviembre de 2011

Instrucciones para mantener a salvo un corazón.

Debes renunciar a él, sacrificarlo, es lo mejor por su bien.
Escóndelo en un lugar seguro,
por ejemplo una caja de galletas.
Ponlo entre algodones para que no se golpee en el traslado.
Haz un hoyo junto a un árbol, un cerezo o un naranjo son perfectos para ello.
Coloca la caja en el fondo y tápalo con arena.

Muy importante:
Cada mañana al despertar, vigila.
Hay corazones rebeldes que se fugan de su encierro,
quizás lo encuentres durmiendo placidamente junto a tu almohada.

No hay comentarios: