miércoles, 16 de marzo de 2011

Son-eto

Como briznas de luz que no respiran,
duerme y tiembla el alba en su letargo,
y ausentándose del cielo amargo,
espera ciega la llegada del día.

Sin su luz, no existirás conmigo,
noche eterna como hojas de ciprés,
testigos de un plácido descanso cruel.
Fin de fiesta de cigarras contigo.

El silencio, oscuridad vacía.
Enmudeció el día con sigilo,
como la marcha de la golondrina.

Yo, me, mí, conmigo, tu, te, ti, sin ti.
Su murmullo sordo me tiene en vilo.
Al alba ya no espero, no ya sin ti.

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